domingo, 14 de febrero de 2016

La verdad de 'Las Marías´


Hola amigos, el otro día eso que te pones a buscar cosillas para el blog, me encontré con esta historia, una historia verídica como tantas y tantas que deben existir sobre esa época y que me gustaría compartir con vosotros, os cuento:

Un documental desvela la historia de dos conocidas hermanas de Santiago
Salían cada día a pasear por las mismas calles de Santiago, siempre a las dos en punto, arregladas con una ropa y un maquillaje tan colorido como extravagante.

Todavía hay mucha gente en la ciudad que recuerda a las inseparables hermanas Coralia y Maruxa, más conocidas como Las Marías, dos emblemáticos personajes de Compostela a los que las nuevas generaciones sólo conocen por la estatua que les rinde homenaje en la entrada del parque de la Alameda.

Pero bajo esa fama de locura que les precede hasta hoy, escondían un drama personal que no todos conocen, con la Guerra Civil como telón de fondo. Así lo recoge el documental Coralia e Maruxa, las hermánas Fandiño, de Xosé Rivadulla Corcón, para cuya elaboración ha contado con testimonios de personas como  Encarna Otero, Xosé Luis Bernal o Dionisio Pereira.

Los falangistas las maltrataron para averiguar el paradero de sus hermanos

"Quienes no se rebelaban por temor veían en 'Las Marías' un grito de libertad"

Nacieron en una familia obrera de 11 hermanos, tres de ellos destacados miembros de la CNT. El documental relata cómo tras el estallido de la Guerra Civil, asesinan a uno de ellos mientras que los otros dos consiguen huir. La pesadilla para las hermanas comenzó cuando los falangistas trataron de utilizar a la familia para averiguar su paradero.

A horas intempestivas de la noche, llegaban a la casa de los Fandiño, registraban y desbarataban la vivienda, desnudaban en la vía pública a las hermanas para humillarlas y las subían al monte Pedroso de Santiago. "No está demostrado, pero hay gente que afirma que las llegaron a torturar e incluso a violar", explica Rivadulla.

Con poco más 20 años y sin haberse metido con nadie, la vida de Las Marías se convierte en un mal sueño que se prolongará desde el inicio de la guerra hasta mediados de los años 40. Rivadulla señala que esos malos tratos continuados fueron la causa de la locura que ambas sufrieron, porque "antes no eran así". Finalmente los hermanos huidos fueron arrestados y cesó la presión sobre las Fandiño.

Aun así, su situación económica era muy precaria. Las hermanas dejaron de trabajar como costureras, oficio que venían desempeñando junto a su madre, porque los clientes dejaron de llevarles ropa "por ser una familia anarquista, por miedo a significarse". Vivían en parte gracias a la caridad de los vecinos. No les ayudaban de forma directa, porque quienes las conocían sabían que no aceptarían una limosna, sino que les dejaban de forma anónima pequeñas cantidades de dinero en distintos comercios, en los que después ellas compraban.

La solidaridad de los vecinos se puso a prueba a principios de los 60, cuando un temporal tiró abajo el tejado de la casa de las Fandiño. Enseguida se organizó una gran colecta entre los vecinos de Santiago y se llegaron a juntar 250.000 pesetas. "Es espectacular", dice Rivadulla, "porque en la época eso es lo que costaba un piso".

"Manifestaron su locura mostrándose rebeldes contra la sociedad", afirma el autor. Las Marías nunca pasaron desapercibidas, no sólo por su llamativa vestimenta y sus rostros maquillados con polvos de arroz, sino por su actitud. "Ellas piropeaban a los hombres algo que, por supuesto, no se le ocurría a ninguna otra mujer. Siempre manifestaban que todos los hombres se enamoraban de ellas y flirteaban con los estudiantes". En contra de lo que pueda parecer, eran muy diferentes: Coralia, la menor y más alta, era tímida y poco habladora, mientras que Maruxa, más pequeña aunque de más edad, era la que llevaba la voz cantante.

La opinión del autor del documental es que las hermanas desempeñaron, posiblemente sin saberlo, una papel fundamental en esa época de represión. "Mucha gente que se sentía ahogada por el régimen y que no se rebelaba por temor a represalias, veían en Las Marías ese grito de libertad". Cuando en 1980 falleció Maruxa, Coralia se fue a vivir con otra hermana a A Coruña, ciudad a la que nunca se adaptó. Murió tres años más tarde después de preguntar muchas veces cuál era el camino para volver a Santiago.




15 comentarios:

  1. Pilar, hermosa y triste historia, que aún es recordada y eternizada en Santiago...Sin duda todo tiene un sentido y ellas con su actitud se rebelaron ante la vida, dejando su ejemplo a todos los que las veían...Historia para reflexionar.
    Mi gratitud y mi abrazo grande, amiga...Espero que estés mejor.
    Feliz día del amor y la amistad.
    M.Jesús

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  2. Conocía su historia y la verdad que es muy lamentable.

    Cuando voy a Santiago siempre me paro a mirarlas y tengo varias fotos.

    Muy interesante hayas compartido esta información .

    Un besito y muy feliz día

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  3. Pilar, interesante historia y muy bien contada. Gracias no la conocía.
    Besos.

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  4. Cuántas mujeres historia y mujeres ejemplo pasan sin ser conocidas y reconocidas, al menos en la historia que nos dejas como relato, aunque triste se demuestra la valentía, perseverancia y rebeldía contra situaciones impuestas.

    Gracias por compartirla, Piru, ya ves, yo no conocía a Las Marias, pero ahora hago una reverencia.

    Abrazos x dos y linda semana

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  5. Triste historia. En Guatemala existe la historia de dos hermanas a quienes llamaban la Seca y la Meca. No conozco la historia pero son personajes similares. A veces cuando salías a la calle a buscar algún artículo y no lo encontrabas se solía decir: Me anduve de la Seca a la Meca y no encontré el encaje.

    Besos Pirujita.

    Preciosa tu historia.

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  6. Pobres mujeres. Gracias Piruja. Besetes.

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  7. Una historia ésta muy distinta a la que sueles tenernos acostumbrados y me ha encantado a la vez que me ha erizado la piel...es nauseabundo las maldades que se acometían en aquellos tiempos y grande, como tantas veces, la solidaridad de la gente.
    Mi aplauso hoy.
    Besos.

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  8. Que historia tan triste, no entiendo porqué los pensamientos políticos tienen que desunir de forma tan grotesta, a las personas que solo queremos vivir en Paz, con nuestras alegrías y nuestras penas, y que solidaridad la de ese pueblo con ellas, a mí personalmente me parecen estupendas, si después de haber vivido tal horror tenían la ilusión de salir guapas a la calle, me inspiran mucha ternura. Y gracias por compartir esta historia que debe hacernos pensar que lo mas importante somos las personas.
    Un beso guapa.

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  9. Hola Piru, fíjate que viajo bastante a Santiago y he paseado por allí y nunca me enteré de la historia que escondía esta escultura. Me ha encantado conocerla de tu mano, a pesar de que la realidad que vivieron fue lamentable y triste.
    Un abrazo.

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  10. Hola niña ayer te mande un mensajillo pero me da que no debes andar muy allá jejeje a ver si hoy te mando otro y hay mas suerte.
    Bueno imagino que historias como las de estas dos hermanas habrá habido muchas solo que siempre hay alguna que sobresale por su crudeza por encima de las demás. Es bueno que haya quien se rebele y no consienta que le pisoteen la cabeza manifestando su forma de pensar diferente a cualquier precio.
    Bueno vamos a laborar un poco que hace mazo frio ejjeje
    Besotessssssssss y para la prince tambien

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  11. A eso le llamo yo tener dignidad, sobre todo teniendo en cuenta la época en que tuvo lugar esta tristísima historia. A pesar de su (aparente) locura ellas supieron cómo mantener ese punto tan necesario para sobrevivir con plena libertad. ¡Viva las Marías! y la solidaridad ciudadana.
    Lástima que hoy en día pudiendo hacer mucho más se pase de todo.
    Te felicito por esta entrada, Piruja.

    Te dejo un beso.

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  12. Que tristeza pensar en lo mal que lo pasaron estas pobres chicas. Menos mal que sus buenos vecinos tuvieron consideración con ellas y les hicieron más llevadero su calvario.
    Esperemos que nunca más vuelvan a ocurrir tan lamentables situaciones.
    Un beso

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  13. Pobreticas!!! Qué pinta más rarica tienen. Un abrazo.

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